El estado que he tomado es el temor.
Iniciar no fue fácil, siempre pensaba en todo lo malo que podía suceder, decía que iba a perder dinero, que nadie usaría mis servicios, que solo buscaba una excusa para alejarme de la vida convencional laboral, ya que miraba que mis amistades ya tenían un trabajo y ganaban bien, todo esto se me acumulaba, y no podía avanzar, dejaba de lado mis ideas.
De vez en cuando las personas que conocían de mis habilidades me preguntaban si podía hacerles algún trabajo y que me lo pagarían, decía que si pero cuando comenzaba a trabajar sentía miedo porque yo sola me mentalizaba pensando: “No les gustara, me pagaran por compromiso, lo aceptaran pero luego lo botaran” Y luego de suficientes trabajos aceptados me di cuenta de lo contrario, más gente me recomendaba, me decían que les encantaban los trabajos y entonces cambie mi mentalidad y ahora antes de tomar un proyecto digo: “¿Qué es lo mejor que me puede pasar?” y yo sola lo respondo con los mejores escenarios posibles, si todavía siento miedo, y a pesar de eso, tengo el coraje de enfrentar los retos.